¿Es efecto de la estación? ¿Se debe a la mayor prodigalidad en la exposición de los cuerpos? Verano es época de contactos humanos, y, por tanto, sexuales. ¿Cuáles son las ventajas y los riesgos?

La conducta sexual es muy variada y depende de muy diferentes factores. La biología de cada cual, sus sentimientos de identidad, sus experiencias vitales, etcétera, condicionan la forma cómo el individuo entiende y desarrolla su sexualidad.
La manera en la que una persona siente atracción hacia otras puede ser muy variable. La atracción puramente física suele llevar a una relación pasajera. Verano, época de solaz, cambios de ambiente y prodigalidad en destapar los cuerpos, favorece este tipo de contactos ocasionales. Sólo es necesario que dos personas con deseo de contacto físico, y orientaciones sexuales complementarias, se encuentren y se pongan de acuerdo en mantener relaciones sexuales placenteras para ambas.
Riesgos: no todas las personas tienen las cosas claras. Algunas buscan amor, afecto, el amante perfecto, o las compensaciones de sus necesidades neuróticas. Las relaciones esporádicas no cubren estas expectativas por lo que no proporcionan felicidad o seguridad a este tipo de personas. Por el contrario, son causa de malestar y ansiedad, especialmente si van seguidas de sentimientos de culpa.
Otros riesgos: los de tipo físico. Las personas con mayor actividad sexual pueden incurrir en conductas de riesgo si no toman las precauciones necesarias. El condón, masculino o femenino, es de obligado uso en relaciones que pongan en contacto mucosas (coito, sexo oral, sexo anal).
Las conductas de riesgo más frecuentes son:
1. Contactos con personas dedicadas a la prostitución. Más del 50 % de personas dedicadas a la prostitución, en nuestro país, están infectadas del SIDA. En según que países (centro de África, Tailandia) la infección por SIDA oscila entre el 70% y el 95 % de personas dedicadas a la prostitución.
2. No emplear preservativo en contactos esporádicos. Los adolescentes, en especial, se consideran grupos de riesgo a causa del descenso en la edad de iniciar las relaciones sexuales (13 - 14 años) y por su falta de formación en técnicas de bajo riesgo.
3. Promiscuidad. Hacia mediados de los 80 se llegó a calcular alrededor de 20 el número de contactos esporádicos que un homosexual activo practicaba diariamente, en San Francisco. La homosexualidad sin promiscuidad, o con las precauciones adecuadas, no constituye un factor de riesgo.