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Un Día de Compras
Al otro extremo del pasillo ves aparecer un par de guardias vestidos de color azul oscuro que empiezan a pedirles a las personas que se apresuren. Va siendo hora de cerrar el Gran centro Comercial. ¿Te tendrás que ir sin comprar nada? Sería una lamentable pérdida de tiempo. Esto te preocupa. Consumida por un sentimiento de inseguridad caminas junto a la barandilla de la segunda planta. Como si te fueras a quedar sin estímulos para conciliar un buen sueño esta noche. Caminas hacia el aparcamiento, miras un grupo de personas de clase media..... ¿Cuál será el propósito de esta gente con ojos atiborrados y miradas suicidas?. Comprar lo que no necesitan y guardarlo en casa para no usarlo nunca. Esa es la situación límite de los compradores compulsivos y siempre a última hora. Además siempre tienen que aparecer esos dos guardias vestidos de azul para meternos prisa. Se cierra el Centro Comercial.
Sigues sintiendo a cada paso tu humedad, tocas discretamente tus senos, muerdes tus labios......... inevitablemente tienes que acordarte de mí…
Llegas a casa, piensas en mi, enciendes tu portátil, miras mi fotografía, te excita mirarme; dejas abierta y maximizada mi foto, sin preocuparte del tiempo te quitas la ropa, la doblas y la cuelgas ordenadamente. Después te ocupas de mirarte al espejo con tu ropa interior, una diminuta tanga blanca con hilos de metal en los costados y un divino sujetador de encaje francés y media copa.
No hay a quien mostrárselos......Yo no puedo mirarte, tu no puedes mirar como mis ojos te siguen...... Si en este momento te viera cualquier hombre seguramente le provocarías una erección; por supuesto provocarías la mía. Mueres por posar de pie, así frente a mí y preguntarme si me gustas....... soltar tu cabellera negra, acelerar tu respiración como si tu pecho quisiera salirse, sentir como beso tu cabello, y mis labios se deslicen por tu cuello, fundir tu boca con mis labios, sentirte vibrar junto a mi, sentarte en mis piernas y que me sientas palpitante, caer en un abismo de piel, sudor y lucha por un instante de sumo placer........ un combate de sobrevivencia, sencillamente nadar en el aire, gemir de éxtasis y dejarnos acelerar en el Reino de la posesión....... Abrazados y sin dejar de besarnos buscar una pared… quitarte la ropa y pedirme que te haga de nuevo el amor, y yo lleno de deseos me introduzca en ti, entre tu piernas abriéndolas más, cogiéndote por las nalgas y penetrarte..... Iniciar un baile perturbador que se prolongué lo largo de la noche. Toda una noche jugando a ser amos y esclavos prisioneros de deseos liberando la gloriosa lujuria, pasar por la cama, la mesa, el suelo y en un instante de intimidad, yaciendo desnudos y sudorosos sobre lo que sea, decirme… que me necesitas y dormir sobre mi pecho.
Y regalarte en un cúmulo de caricias, las sensaciones que me has hecho sentir minutos antes… instantes de placer y lujuria que tú provocaste simplemente porque fuiste a comprar al Centro Comercial. Un día como otro cualquiera en los que pasé por tu mente cuando no estabas conmigo.